Enrique Laviada Cirerol –

Las imágenes en las que se observa una desolada conferencia de prensa, citada por Gerardo Fernández Noroña, son la merecida respuesta que la fuente del Senado debía dar ante las declaraciones del atrabiliario senador en las que califica de fascista a Grecia Quiroz y la acusa de dejarse llevar por la ambición política y estar motivada por la derecha, palabras que le han costado un repudio generalizado.

No era para menos.

En las redes sociales le cayó encima a Noroña un aguacero de críticas y comentarios negativos, la mayoría escritos con una sorna difícil de comparar, incluidas de paso varios miles de mentadas de madre.

No era para menos.

Se reprodujo por todas partes, también, el mensaje dirigido al tal Noroña, por el diputado michoacano Alejandro Bautista Tafolla, que vale la pena citar textualmente: “¿Cómo te atreves a meterte con una víctima cuando no entiendes su dolor? No está ahí por elección… está ahí porque le arrebataron al amor de su vida. Y que no se te olvide: que no esté Carlos Manzo no significa que Grecia Quiroz esté sola”. Y más adelante continúa con una advertencia, creo suficientemente clara y contundente: “aquí no somos de derecha, aquí somos pueblo cabrón”. Para finalmente hacerle una nada cordial invitación: “Y si quieres hablar, aquí te espero en Uruapan… o dime a dónde voy”.

No era para menos.

El vació de los medios correspondió en una medida exacta a la irresponsabilidad y la falta de empatía y de un mínimo decoro de parte de un parlamentario, por troglodita que pueda llegar a ser, como es el caso de Noroña, justo cuando aún se encuentra fresco en la memoria colectiva el cobarde asesinato de Carlos Manzo y calientes los ánimos de las movilizaciones recientes.

No era para menos.

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Pero en eso estábamos, cunado vino la respuesta de la presienta Claudia Sheinbaum, en donde le pide a Noroña lo que también debo traer aquí textualmente: “…Hay que respetar primero. La esposa del alcalde, o ya alcaldesa de Uruapan, no está pasando por un momento fácil, acaba de perder a su esposo. Yo creo que en esa parte tiene que haber una sensibilidad para empezar…hay que ser solidarios estés de acuerdo o no…”, neta que así lo dijo.

Como puede apreciarse, esta vez, el tono de la presidenta fue bastante medido, se podría decir que incluso benevolente con Noroña, su amigo y compañero de andanzas y de partido, nada que ver con los desplantes y enojos y encendidas respuestas que suele propinar a sus adversarios, ahora, en cambio solo se limitaba a emitir una especie de tímido regaño.

Mire usted presidenta Sheinbaum: Primero, Grecia no perdió a su esposo, en efecto se lo arrebataron, lo asesinaron arteramente, o sea: no finja usted compasión. Luego, por favor no use usted ese juego de palabras: la esposa del alcalde que ahora es alcaldesa, con soterrada mala intención, porque Grecia no esta pasando por un mal momento, esta pasando por el peor momento que alguien puede sufrir. Y, por último, tiene que haber sensibilidad en esa y en todas las partes que componen una de las más terribles tragedias en los tiempos del régimen al cual usted pertenece.

Y fue entonces cuando caí en la cuenta (es ironía) de que las mañaneras son un costoso espectáculo, montado para que la presidenta nos recete las espesas dosis de ideología y propaganda que produce su movimiento, con un muy bajo contenido informativo, enfrascándose recurrentemente en polémicas con los reporteros (lo que no corresponde a la labor de los periodistas, como tampoco a su investidura como presidenta), para finalmente hacer el ridículo o justificarse atacando a quienes considera sus enemigos, entre los que se encuentran, por cierto, muchos de los medios de comunicación presentes en el salón.

Es decir: me parece que hay suficientes razones para dejar las sillas de la mañanera vacías (o acaso ocupadas por sus afines, charlatanes y paleros) para por fin dignificar a la fuente periodística de la presidencia, y solo en caso de que la titular tenga algo que comunicar de manera puntual pueda ser atendida, pero no como público en un escenario que casi se podría catalogar como teatral, casualmente al estilo y la imagen y semejanza de su antecesor, útil solo para las cortinas de humo y nada más.

Yo diría que ya es hora de decirle adiós a la mañanera.

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Acertijo

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